Oinos.-Perdona, Agathos, la flaqueza de un espíritu al que acaban de brotarle las alas de la inmortalidad.
Agathos.-Nada has dicho, Oinos mío, que requiera ser perdonado. Ni siquiera aquí el conocimiento es cosa de intuición. En cuanto a la sabiduría, pide sin reserva a los ángeles que te sea concedida.
Oinos. -Pero yo imaginé que en esta existencia todo me sería dado a conocer al mismo tiempo, y que alcanzaría así la felicidad por conocerlo todo.
Agathos.-¡Ah, la felicidad no está en el conocimiento, sino en su adquisición! La beatitud eterna consiste en saber más y más; pero saberlo todo sería la maldición de un demonio.
Oinos.-El Altísimo, ¿no lo sabe todo?
Comienzo este nuevo y primer blog dejando que el gran Allan Poe os explique una de las razones por las que lo he creado. (A parte de la amenaza por parte de Azu y Desi... :D)
Y es que si hay una razón para vivir, a parte de amar, es el saber cuantísimas cosas te quedan por aprender. Hoy en día se nace encerrado, con paredes construidas en un mundo infinito. Abre las alas, pues, ¿quién dice que no las tengas? y aprede a volar... y siente con otros labios y mira con otros ojos los que con los tuyos no puedes. Que nisiquiera el cielo sea el límite. Y que el mundo, con todo lo que implica, quede atrás, pequeño, como un punto más en la bóveda estrellada; que con cada beso se desorganize el cosmos y que con cada lágrima se abran puertas. Que, por muchos años que cumplas, sigas guardando páginas en blanco y que cada hoja arrancada se guarde en el fondo de un cajón; y duda, continuamente duda. Pero, sobre todo, que siempre te quede algo por aprender. Así, cuando la vida te abandone, sabrás que la has exprimido hasta la última gota, que sabes todo lo que debes saber y que la que está consumida es ella... y no tú.
Oooh que bonito.
ResponderEliminarMe ha gustado tu primera entrada =)
Y tranquila, yo también me lo hice bajo la amenaza de Azu y Desi jaja.