Hay caos y silencio.
Como una melodía que no quiere empezar.
Hay notas de música flotando en una calle de París, arrancadas del violín por el desasosiego.
Hay un temblor en su mano, y arrugas en su frente, y una lágrima en sus labios.
Hay caos y silencio, y esta melodía que no empieza.
Arráncamela de la piel, entra en mi cabeza, núblame los sentidos.
Arrástrame a mi delirio, recuérdame el nombre del que una vez me dio la voz.
Y en su voz, disuelve mi rabia,
y en mi rabia, su caricia.
Y, si no es mucho pedir, detén el momento en el que me arrepiento de escribirte a ti.
Pffff... Madre mía, es tan sencillo entrar dentro de... ese ser y tan imposible salir de nuevo. Te quedas dentro. Acabas rogando por lo mismo, desesperandote por lo mismo, sintiendo lo mismo. Por culpa de tus manos, de tu forma de expresar y de sentir.
ResponderEliminarEs increible, breve pero absolutamente transcendente. Cuesta encontrar "poesía" de la buena y, (sin sorpresas) cada vez la tengo más cerca. Y más buena.
Más frases que significan el propio Edén en si misma, esas combinaciones que te golpean, te evocan, hablan con la fuerza de una tormenta...
Pffffffffff.